domingo, 21 de noviembre de 2010

Tolstói, 100 Años Después

"Sólo hay una manera de poner término al mal, y es el devolver bien por mal"
Lev Nikoláyevich Tolstói 
(Лев Николаевич Толстой)
 también conocido como
León Tolstói


La complejidad de su alma  va de la mano con la grandeza de su obra. “La Guerra y la Paz”, “Ana Karenina” son las más conocidas, pero están también sus cuentos y relatos breves llenos de gran contenido autobiográfico y verdaderas joyas de la literatura universal. Incuestionablemente su pensamiento filosófico y su espiritualidad, continúan influenciando poderosamente  a hombres y mujeres, hasta nuestros días.


Seria muy pretencioso de mi parte, esbozar siquiera, una semblanza de la persona de León Tolstoi. Mencionaré solamente lo que a mí me impresiona, especialmente de la última etapa de su vida: 
Su eterno cuestionamiento sobre el significado de la vida 
y la manera correcta de vivir; 
su rechazo apasionado a la violencia; 
sus hábitos sencillos y vegetarianos; 
y su adhesión más completa a las enseñanzas de Jesús, 
especialmente su marcada predilección por el llamado 
“Sermón de la Montaña”

 

La profunda inquietud espiritual de León Tolstoi es la que subyace en el fondo de todo ser humano. 
Las preguntas que él se formulaba siguen resonando como ondas en expansión tras una piedra lanzada sobre el espejo de aguas quietas.
Con su esposa, (Со́фья Андре́евна Толста́я), también conocida como Sofia Tolstói 

Entre sus últimas palabras, se oyeron éstas que, como ninguna de las muchas maravillosas que pronunció o escribió, retratan la grandeza de su alma: "Hay sobre la tierra millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí solo?"


"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; 
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, 
vuélvele también la otra;
y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, 
déjale también la capa;
y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, 
ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, 
y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, 
bendecid a los que os maldicen, 
haced bien a los que os aborrecen, 
y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, 
que hace salir su sol sobre malos y buenos, 
y que hace llover sobre justos e injustos."
Jesús



2 comentarios:

Edelia's Club dijo...

Hoy, como siempre, has estado magnífica. Me gusta lo que traes sobre León Tolstói y me gusta tu comentario sobre él. Ambos tienen mucha "miga".
He leído bastantes cosas de él y lo admiro profundamente.Me parece un profundo pensador social y moral.
Todavía guardo en mi memoria, no muy fuerte por cierto,estas frases de él:
"Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo".
"El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace".
¿Hasta pronto! Un abrazo en la distancia.

Con Claridad dijo...

“Quien ha iniciado el camino del perfeccionamiento interior sabe, sin lugar a dudas, que este perfeccionamiento no puede tener un final”
Esta inquietante declaración de León Tolstói me conmueve profundamente. Estoy convencida de que su gran lucha espiritual y el sincero deseo de vivir en coherencia con sus creencias,lo llevó a una incansable y desgarradora búsqueda de eternidad y de perfección, a pesar de tener plena conciencia de las limitaciones humanas, sus propias limitaciones.
Que bueno conocer las frases que mencionas. Probablemente desde allí haya logrado equilibrar su angustiosa búsqueda.
Gracias querida Edelia por tu visita.
Te abrazo en la distancia

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