miércoles, 15 de diciembre de 2010

Gestos Cotidianos


“No busquéis acciones espectaculares, lo que importa es el grado de amor que pongáis en vuestros gestos” decía la Madre Teresa de Calcuta

"La experiencia que me hizo decidirme a trabajar dedicada a los más pobres, fue un 10 de Septiembre del 1947, cuando caminando por las calles de Calcuta tropecé con el cuerpo de una mujer moribunda, la levanté, caminé hasta un hospital cercano y pedí una cama para ella; la mujer murió en esa cama, la primera, la única y la última cama que tuvo en su vida. Esta imagen me seguía y me preguntaba por qué Dios permitía eso. En el silencio de la noche encontré la respuesta, Dios me dijo: - claro que he hecho algo para solucionar esto, te he hecho a ti-”

Teresa de Calcuta vivió con gran pasión al servicio de su fe y de su Dios. Su figura menuda se ha alzado como un ejemplo, aun entre los no “creyentes”. Pero hay muchos hombres y mujeres que en forma anónima, son héroes contemporáneos. Héroes del servicio a Dios, héroes de oración y amor en acción, sin horario, sin remuneración y sin esperar reconocimiento.

Árbol de los Niños - Carolyn Blish
Frente al mundo que nos toca vivir, la contingencia diaria, las desigualdades sociales, la pobreza, la enfermedad, las injusticias, el dolor, la violencia, y todo lo demás, en ocasiones me he sentido sobrecogida y creo no estar equivocada, al pensar que eso le pasa a todas las personas con un poquito de sensibilidad.

Por otra parte, es un alivio saber que Dios sólo nos pide dos cosas: amarlo a Él por sobre todas las cosas y amar al prójimo con la misma medida que nos consideramos a nosotros mismos.
Jesús ya nació. Él es el mayor y total acto de amor hacia todos y cada uno de los seres humanos.
Adviento es también una oportunidad para revisar nuestros gestos cotidianos, aquellas pequeñas acciones que sin estridencia y desprovistas de todo egoísmo logran cumplir con lo que Dios espera de cada ser humano
Creo que esta idea puede quedar mejor expresada en el breve relato del conocido escritor Paulo Coelho 



Ceremonia del Té
Paulo Coelho

En Japón participé en la conocida “ceremonia del té”. Se entra en un cuartito, se sirve el té y ya está.  Sólo que se hace todo con tanto ritual y protocolo que una práctica cotidiana se transforma en un momento de comunión con el Universo.
El maestro del té, Okakusa Kasuko, explica lo que sucede:- “la ceremonia es la adoración de lo bello y lo sencillo. Todo el esfuerzo se concentra en el intento de alcanzar la perfección a través de los gestos imperfectos de la vida cotidiana. Toda su belleza consiste en respetar las cosas simples que hacemos”
Si un mero encuentro para beber té puede transportarnos hasta Dios, conviene estar atento a otras posibilidades que un simple día nos ofrece.



ilustraciones de Christina Ung



3 comentarios:

Edelia's Club dijo...

Como siempre, precioso lo que hoy escribes. Teresa de Calcuta es un manantial de fe, un ejemplo siempre y en todo.
Cada una de sus frases es una amplia meditación.
De entre todos sus pensamientos, yo tengo uno que es mi predilecto. Supongo que lo conoces, pero voy a darme el placer de repetirlo:
"El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz".
Con ese aspecto físico "tan insignificante", qué gran mujer Teresa de Calcuta.
¡Abracitos!

Victoria dijo...

Precioso. Me ha encantado. Y esa imagen es estupenda. Me gusta mucho tu blog.
Felicitaciones. Me voy a llevar algo con tu permiso.
Un besote

Con Claridad dijo...

Edelia, tus visitas siempre son un gran aporte.
Te mando un gran abrazo.

Victoria, gracias por tu visita y también por las "flores"

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