miércoles, 8 de diciembre de 2010

Magnificat

La Anunciación vista por  Sandro Botticelli
“Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: 
¡Salve, muy favorecida! 
El Señor es contigo; 
bendita tú entre las mujeres” 
Evangelio San Lucas

Magnificat anima mea Dominum,
et exultavit spiritus meus in Deo salutari meo,
quia respexit humilitatem ancillae suae.
Ecce enim ex hoc beatam me dicent
omnes generationes, quia fecit mihi magna
qui potens est, et sanctum nomen eius,
et misericordia eius
ad progenie in progenies timentibus eum.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Fecit potentiam in brachio suo,
dispersit superbos mente cordis sui,
deposuit potentes de sede,
et exaltavit humiles,
esurientes implevit bonis,
et divites dimisit inanes.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Suscepit Israel puerum suum
recordatus misericordiae suae,
sicut locutus est
ad patres nostros
Abraham et semini eius in saecula.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.

detalle del paisaje en el fondo del cuadro de Botticelli

Creo que nadie puede dudar de lo especial que fue y sigue siendo la figura de María, madre de Jesús. La eterna pugna entre los distintos credos religiosos, de si es virgen o no, si tuvo más hijos o nos los tuvo, la considero como algo que seguirá quedando en el ámbito de los teólogos y eruditos.

Como ya lo he comentado en alguna ocasión y dentro de lo que cada uno puede reflexionar, el ambiente cotidiano que le tocó vivir a María era muy difícil. Una sociedad donde el protagonismo era sólo de los hombres (las mujeres y los niños eran considerados seres inferiores). Había una gran religiosidad, mucho apego a las tradiciones y una espiritualidad en el límite de lo supersticioso.
Desde cierto punto de vista, María fue una “madre soltera” con toda la carga emocional y social que este rótulo conlleva, más aun en medio de la sociedad de su época.

Sólo la fortaleza espiritual de María, unida a su dulzura y tantas otras cualidades que la adornan hacen posible comprender un canto tan hermoso, lleno de gratitud y confianza en Dios. Porque dar gracias a Dios cuando todo va bien, cualquiera puede hacerlo; pero otra cosa es bendecir y agradecer cuando las circunstancias son difíciles.

Cuánta verdad hay en las palabras de María cuando dice, 
“pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones”

Efectivamente, María es y seguirá siendo una mujer “llena de gracia”


- el texto del canto de María se encuentra en el Evangelio San Lucas -
- se llama Magnificat porque es la palabra con que comienza, en latín -

1 comentario:

Edelia's Club dijo...

Como te decía ayer en mi comenterio, he estado unos días en un pueblecito escondidito entre montañas. Aunque en verano se llena de visitantes buscando su clima fresquito, ahora con los rigores del invierno pocos se deciden a visitarlo. En este pueblecito, donde todo es silencio, a las 12 de la mañana, el silencio se rompe con el repique de las campanas de su iglesita. No sólo da las doce campanadas, como hace el resto del día, sino que, con un toque especial anuncia a sus moradores que ha llegado la hora del rezo del "Ángelus". Cómo me gusta escucharlo...Qué fiel a sus costumbres más antiguas...Qué entrañable...
En este pueblecito te recuerdan con su repique la grandeza de María....
Un abrazo en la distancia.

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