sábado, 26 de febrero de 2011

Donde Habitamos

“Inevitablemente habitamos todos juntos un planeta. 
Inevitablemente, también, habitamos cada uno en completa soledad, su propio cuerpo.
Entre estas dos realidades extremas e ineludibles habitamos, por elección, una casa.
Imagen simple y ancestralmente compartida, 
que mantiene su pureza, más allá del tiempo y las fronteras”
Ximena Ducci, ceramista

Casa Blanca

Casa Abierta

Las Dos Ciudades
Gibran Jalil Gibran

La Vida me tomó en sus alas y me condujo a la cumbre del Monte de la Juventud. Después me señaló a su espalda y me invitó a que mirase hacia allá. Ante mis ojos se extendía una ciudad extraña, de la cual emergía una humareda oscura de múltiples matices, que se movían lentamente como fantasmas. Una tenue nube ocultaba casi completamente la ciudad de mi vista.
Tras un momento de silencio, exclamé:
-¿Qué es lo que estoy viendo, Vida?
Y la Vida me contestó:
—Es la Ciudad del Pasado. Mira y reflexiona.
Contemplé aquel escenario maravilloso y distinguí numerosos objetos y perspectivas: atrios erigidos para la acción, que se erguían como gigantes bajo las alas del Sueño; templos del Habla, en torno a los cuales rondaban espíritus que lloraban desesperados o entonaban cánticos de esperanzas. Vi iglesias construidas por la Fe y destruidas por la Duda. Divisé minaretes del Pensamiento, cuyas espiras emergían como brazos levantados de mendigos; vi avenidas de Deseo que se prolongaban como río a lo largo de los valles; almacenes de secretos custodiados por centinelas de la Ocultación, y saqueados por ladrones de la Revelación; torres poderosas erigidas por el Valor y demolidas por el Miedo; santuarios de Sueños embellecidos por el Letargo y destruidos por la Vigilia; débiles cabañas habitadas por la Fragilidad; mezquitas de Soledad y Abnegación; instituciones de enseñanza iluminadas por la Inteligencia y oscurecidas por la Ignorancia; tabernas del Amor, en que se emborrachaban los enamorados, y el Despojo se mofaba de ellos; teatros en cuyos tablados la Vida desarrollaba su comedia, y la Muerte ponía el colofón a las tragedias de la Vida.
Tal es la llamada Ciudad del pasado —aparentemente muy lejos, pero en realidad, muy cerca— visible apenas a través de los crespones tenebrosos de las nubes.
Entonces la Vida me hizo una señal, mientras me decía:
—Sígueme. Nos hemos detenido demasiado aquí
Y yo le contesté:
— ¿A dónde vamos, Vida?
Y la Vida me dijo:
—Vamos a la Ciudad del Futuro.
Y yo repuse:
—Ten piedad de mí, Vida. Estoy cansado, tengo los pies doloridos y la fuerza me abandona.
Pero la Vida insistió:
—Adelante, amigo mío. Detenerse es cobardía. Quedarse para siempre contemplando la Ciudad del Pasado es Locura. Mira, la Ciudad del Futuro está ya a la vista... invitándonos.

Torre Azul

Casa Azul con Patio

27F - Quiero, en estas líneas, honrar la memoria de las víctimas del terremoto y tsunami que afectó la zona centro sur del territorio chileno, hace un año. Al mismo tiempo celebrar la vida y la esperanza que habita en cada ser humano, que con paciencia, perseverancia, fe y amor se levanta para reconstruir y para volver a empezar.



Casa 123

Casa Carta
“Sus misericordias, nuevas son cada mañana… levantemos corazón y manos al Dios de los cielos”
Libro de Lamentaciones de Jeremías

Casa de Agua


La Página de Ximena Ducci





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