domingo, 15 de mayo de 2011

Susurro Materno



Estás aquí delante de mí, apiádate, entonces, no necesitas gritarme para que te oiga. He de aprender a invocarte, a interpretar tus ecos.
(Si no pude decir adiós es porque el adiós no existe entre nosotros.)
Te acercas un poco indecisa como una candela en la mano de otro que te aproximara a la ventana y luego la retirara,
porque debes alumbrar con más espacio sideral en las bóvedas sin fin y bendita perpetuamente.
¿Pero tal vez necesitas que te ayude? El ronco susurro de las preces, ¿no enreda tus pasos?
Tal vez desearías que te pasara el rebozo: estabas tan débil, tan fatigada de sentirte ir llamada por los ajenos.
¡Si hubiera una iglesia profunda para encerrarme y pedir algo por ti, si hubiera una iglesia en el mundo!
¿A quién pedir? ¿A quién decirle?: "no la apuren, ha sufrido tanto y luego no puede vivir dentro de la muerte sin mirarnos".
He de buscar un monte, una ribera, una piedra de ermita salvaje en que yo pueda estar solo, de pie en el éxtasis de la noche inmensa,
solo frente a los alambrados acechando a los guardianes en sus rondas,
lamido por silenciosos animales, rondado por los sueños de los niños
y vea pasar claramente el carro entre las estrellas, la palma que te conduce ancha como el firmamento.
Y llorar, nada más que llorar, ver que te pierdes en el mar como una llamarada entre los témpanos,
y sentir que permaneces, sin embargo,
permaneces como una respiración contenida de la tierra, llorar y esperar que pasen los años
y de la cara en llanto salga un destello
y un día venga mi hija corriendo entre la yerba y me muestre la granada vertiginosa, la paloma encendida, el sueño arcano
¡que renace del fondo de la tierra

fragmento de REQUIEM
de Humberto Díaz Casanueva
http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=requiem



Mayo es en esencia un tiempo para recordar a mi madre. No sólo porque se celebra el día de las madres sino también porque habría cumplido años. Cuando conoció a mi padre, un rudo, un campesino, estuvo dispuesta a aceptar el castigo de salir, casarse y dejar  la casa paterna “con lo puesto”.
Ella fue todo amor. Me siento afortunada de ser hija de ese amor. Un amor sacrificial, que continúa resonando en gestos, en lugares, en la evocación y en la ausencia.
En estos días de vivos recuerdos, ha sido un verdadero hallazgo encontrarme con la poesía de Humberto Díaz Casanueva (poeta chileno, 1906-1992). Aquí despide para siempre a su madre. Requiem es el canto último que permite purgar hasta la última gota de dolor para renacer con fe y esperanza.

“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
Jesús


imágenes de RSH Garden
durante este mes, 24-28 se realizará
Chelsea Flower Show 2011

7 comentarios:

edelia sanz dijo...

Efectivamente, en el mes de mayo se dedica un día a las madres. ¿Sólo un día para las madres? Qué pocos días del año pasan sin que el recuerdo de la madre venga a nosotros. ¡Oh, la madre! Cuando la tienes cerca la amas, pero cuando se fue la adoras...
Todos sus recuerdos son hermosos. Todas sus enseñanzas son ejemplares. Todas sus caricias son añoradas. ¡Bendito sea el recuerdo de la madre, tanto en mayo como en cualquier mes del año!
Un abrazo, amiga.

Clarissa Rodriguez dijo...

Tienes mucha razón Edelia.
Cuando la madre ya no está es cuando más la valoramos; nos invade un sentimiento de orfandad y parece que de golpe somos más adultos.
En lo personal, confieso que me ha costado sobreponerme a su ausencia. Cuando entendí que con mi dolor, quizás, le estaba evitando a ella el sufrimiento de la pérdida de su hija (en rigor, de cualquiera de sus hijos), sólo entonces ha llegado algo de consuelo.

Un abrazo querida amiga y muchas gracias por tu visita!

Celso dijo...

Cuando mi madre murió estuve ahí. Cuando vinieron a llevarla, le di un beso en la frente y dije una de las cosas mas sentidas que jamás han salido de mis labios: “Descansa ya mamita, has sido la mejor madre del mundo”. Nada muy creativo por cierto, pero intensamente sentido. Desde entonces siempre he sentido que ese no fue un final, solo un cambio. Así, oscilo entre el sentimiento de pérdida (mas bien añoranza) y del “aun estás ahí”. Las madres nunca se van, siempre habrá un momento en que se sienta como el suave rozar del más sutil velo, sus manos dándonos esa caricia tan recordada. No es algo que nuestra razón o nuestro saber pueda explicar, pero es real. Un detalle: a la misma hora en que ella dejaba este mundo, una persona la soñó luminosa, toda vestida de blanco y dejando el mensaje “Ahora estoy bien”. Esa persona supo en ese momento lo que había pasado, lo comentó y minutos mas tarde tuvo la confirmación telefónica del hecho. ¿Meras coincidencias? Inexplicable? Quizá sólo porque nos hace falta aprender muchas cosas aun, pero nuestra ignorancia no lo hace inexistente.
En cuanto a la Sra. Lucía, no dudes de que su dulzura, aunque imperceptible a los limitados sentidos, aun flota entorno a ti y a quienes quería. Las madres nunca se van.

Cariños...

Clarissa Rodriguez dijo...

Sr. W, gracias por compartir detalles tan personales en relación con tu madre, que sin duda debe haber sido una gran mujer.
Las madres son un regalo del cielo.
"La más bella palabra en labios de una persona es la palabra madre, y la llamada más dulce: madre mía." (Kahlil Gibran)

Como dice Edelia: "¡Bendito sea el recuerdo de la madre" ... de nuestras madres.

Un abrazo!

Beatrice dijo...

Es extraño, pero si lo pienso bien, no lo es tanto.
Llegué hoy hasta acá, 2 de junio cuando se cumplen 2 años de la muerte de mi madre.
Me llevo este poema, con tu permiso.
Gracias

Clarissa Rodriguez dijo...

Para SUREANDO:
Esta mañana vi la foto de tu madre y algo en su rostro me recordó a la mía.
Luego me doy cuenta de tu visita, justamente en este post.
Es curiosa esta experiencia ¿cierta sincronicidad?

Te siento muy cerca. Me recordó unos versos de Dietrich Bonhoeffer - “El Amigo”- del que traigo un fragmento
“… Cual claras y frescas aguas,
donde el espíritu se purifica del polvo del día,
en las que se refresca del abrasador calor
y se fortifica a la hora del cansancio;
cual baluarte, donde tras el peligro y la confusión
se retira el espíritu,
donde encuentra asilo, consuelo y fuerzas,
así es el amigo para el amigo.
…”

Un gran abrazo, amiga

Beatrice dijo...

Sí, yo también me di cuenta que hubo sincronía, estábamos comentando al mismo tiempo en los dos blogs.
Es bellísimo este poema al amigo, muchas gracias por tu palabras amiga.

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