viernes, 22 de julio de 2011

Espíritu del Caballo

Conjuro
poema en 9 movimientos
Gonzalo Rojas
Poeta chileno
Premio Nacional de Literatura año 1992
nació en Lebú, 20 de diciembre 1917
muró en Santiago, 25 de abril 2011


The Rocking Horse - Edgar Farasyn 

Ilustración de Arthur Rackham 


1
Espíritu del caballo que sangra es lo que oigo ahora entre el galope
del automóvil y el relincho, pasado el puente
de los tablones amenazantes: agua, agua,
lúgubre agua
de nadie: las tres
en lo alto de la torre de ninguna iglesia, y abajo
el río que me llama: Lebu, Lebu
muerto de mi muerte;
                            niño, mi niño,
¿y esto
soy yo por último en la velocidad
equívoca de unas ruedas, madre, de una calle
más del mundo?


Ilustración de Kate Greenaway


2
La pregunta es otra, la pregunta verde es otra
de los árboles, no este ruido
de cloaca hueca y capital, humo
de pulmones venenosos, la pregunta es cuándo,
la diastólica arteria, la urgentísima es cuándo y
cuándo, alazán
que sangras de mí, desprendido
del sonido
del límite
del Tiempo:
                          ¿cuándo,
hueso flexible; cuándo, carbón
sudoroso, límpido
del minero padre?
                                   Pétalos
del aroma pobre, ¿cuándo?

Ilustración de Frederick Richardson

Ilustración de Jessi Willcox Smith

3
Parpadeante rito de semáforos aciagos para el sacrificio
mayor, uno piensa
líquidamente como la sangre,
rojamente piensa uno
lo poco que piensa, del trabajo al trabajo, de un aceite
a otro quemado, abre
la puerta instantánea,
                            huele
de lejos los jazmines.

Boy riding carousel  Horse Dressed As Cowboy  Revere F.Wistehuff

4
La alambrada huele de la costa aullante, la oreja
de lejos, de la mutilación, es lo que oye uno,
                                                                la nieve
manchada que solloza, eso es lo que mira uno de tanta patria
diáfana, de tantas aves azules en el arcancielo
de Huidobro rey, de tanta cítara tensa
y libre como las cumbres y las olas, cuando Dios
moraba entre nosotros antes:
                                             ésa es la pérdida de uno,
y el aire es una lágrima sobre Valparaíso.


5
Espíritu del caballo que sangra, ese uno soy yo
el adivino; ese yo es nadie:
la pregunta es otra contra los vidrios esta noche
en este cráter desde donde hablo
solo como loco,
la pregunta es quién para que Alguien
venga, si viene,
cambie, si cambia, para que de una vez
el viento…


6
Hambre es la fosa, hasta
la respiración es hambre, hasta
el amor es hambre:
                        nace uno
donde puede, a cada instante, encima del lomo
de cualquier cruce veloz, y pregunta;

Neptune's  Horses (detail) - Walter Crane

Horse with bird - Heidi Taillefer

Jim Warren

7
por hambre pregunta uno, por volver
a volver, ¿a dónde?
                          Tierra
que vuelas en tu huso, ¿a dónde?,
perdición y traslación, ciega serpiente, hija
de las llamas, ¿a dónde?;


8
porque yendo-viniendo se aparta uno de todo,
se aparta a su pensamiento de hambre
como el silencio a su música
tras las alambradas, no puede más con su suerte;
como el cuchillo a su cuchillo se aparta,


9
y escribe, escribe con él, lo invisible escribe, lo que le dictan
los dioses
a punto de estallar escribe, la hermosura, la
figura de la Eternidad
en la tormenta.

Ilustración de Walter Crane

El caballo manchado - Paulus Potter

El Caballo es una figura recurrente en la poesía de Gonzalo Rojas. Alguna vez le preguntaron por la simbología asociada a este tema y el contó:
"Mi padre al morir nos dejó distintas cosas a los ocho hermanos. A mí me tocó un caballo, un potro colorado; y cuando muere el padre, todos lloraban; yo no lloré, estaría muy nervioso, pero mi padre me había regalado un caballo y ese caballo estaba pastando en un potrero frente al mar, ahí en Lebu. Cada vez que pasaba frente a él me sentía bien, porque era como su presencia, como una reencarnación del padre en ese animal. Después, me roban el caballo y yo caigo en el desamparo total, y ahí sí que entra para mí lo que se podría llamar, más que el desamparo, la mutilación. Ahí entendí lo que era la muerte... El caballo entra en mi mente y yo hago del caballo un símbolo y ese símbolo aparece a lo largo de mi poesía"

Gonzalo Rojas tenía sólo 4 años de edad cuando murió su padre; "... en el fondo cuando uno sale, sale siempre en busca del padre. Pero el padre es uno mismo; uno va en busca de sí mismo, a la siga de una especie de absoluto y, a la vez, a la siga del padre que es uno y que se está autoengendrando, porque el hijo es el padre. Uno está buscándose, buscando el mundo, dándole su sentido a la cosa (enfatizo yo: ya se verá por qué) (...) La búsqueda no termina nunca... No tanto pasa con la madre, es curioso. Mi padre, tal vez, porque murió tan joven, es una figura más mítica todavía, y eso tiene que ver con mi proyecto de pensar genealógicamente."



imagenes de Jim Warren

El caballo, real o imaginario, tiene un lugar importante en nuestro desarrollo histórico. Algunos han alcanzado fama aun cuando sólo han galopado por las laderas de nuestra imaginación y tienen un nombre, inmortalizado en las hazañas de nuestros héroes inolvidables, formando duplas memorables.
No puedo dejar de mencionar el Caballo de Troya, o acordarme de la tonada de mi niñez, el Caballito Blanco llévame de Aquí… 

Algunas duplas muy conocidas e históricas son:
Rocinante -  Don Quijote de la Mancha
Babieca - Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador
Bucephalus - Carlo Magno
Pegaso - caballo alado de Zeus
Kantaka – Buda
Palomo - Simón Bolivar
Genitor - Julio Cesar
Tornado - El Zorro
Silver - EL Llanero Solitario
Huaso - Alberto Larraguibel
Marengo - Napoleón Bonaparte
Strategos - Aníbal
Trigger - Roy Rogers
As de Oros - Emiliano Zapata
Zaino – Bernardo O’Higgins

Ilustración de Gustave Doré para El Quijote
Espíritu del caballo que sangra, ese uno soy yo...!


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