martes, 13 de septiembre de 2011

Margaritas - fantasía en blanco y dorado


La incertidumbre es una margarita
cuyos pétalos no se terminan jamás
de deshojar
Mario Vargas Llosa



A Happy New Year Postcard of a Girl in a Daisy Hat  - fuente


Young girl - Sophie Gengembre Anderson

Girl  adorned with cowslips, bluebells and a daisy - Michael Frederick Halliday

Daisies - William Bouguereau
Field of daisies - Byron Jorjorian - fuente

"El bosque junto al pantano conservaba aun la oscuridad nocturna en sus umbrosos matorrales mientras un perezoso sol se levantaba lentamente tras las altas copas como no queriendo iniciar su eterno periplo por la bóveda celeste.  La niebla del pantano se movía en jirones subiendo la pequeña colina, refugiándose a los pies de los coigües, alzándose en torno a sus troncos, como queriendo abrigarlos con su húmedo aliento.  Bosque, niebla y sol tramaban su arte en silencio, o quizá algún hada de los árboles imaginaba un castillo fabuloso tenue y fugaz como los sueños.

El sol se decidió a iniciar su camino. Trepó por entre las ramas y lanzó sus rayos sobre la pequeña colina dibujando celosías de luz entre los troncos y manchones de intenso verde en la hierba perlada de rocío.  Al comienzo fue una blanquecina opalescencia, luego el brillo de las miríadas de gotas de la niebla fue en aumento creando infinitos soles en microscópicos universos.  Luego su color cambió a dorado, cada vez más intenso y entonces un tesoro de fábula se derramó sobre la hierba.  Todas las tonalidades del oro danzaron entre los árboles, se aglutinaron hasta parecer sólidas, fluyeron hacia el pantano, iluminaron los alrededores, imitaron al sol y permanecieron incorpóreas en el aire matutino. 

Durante un instante salido del universo de la fantasía, el hada del bosque creó su castillo fabuloso,  con paredes de dorado cristal, oscuros portales, ondeantes estandartes en afiladas torres, junto al pantano silente.  Luego, con igual parsimonia, el escenario comenzó a diluirse.  El corazón dijo “Permanece”, la niebla dijo “No más”, el ansia dijo “Detente”, el sol dijo “Jamás”. 
El día dio un paso adelante, la niebla se escondió entre la hierba y se llevó la magia a las raíces para hacerla florecer en blancos pétalos de margaritas de dorado corazón. Ellas poco a poco tapizaron la pequeña colina.
...
El instante efímero había concluido dejando una estela de irrealidad, como las visiones que emergen cuando el sueño es medio sueño y la vigilia media vigila. Una realidad con visos de engaño. La puerta a un universo paralelo lleno de luz. La entrada a un cielo prometido. Una invitación a la trascendencia mas allá de las miserias terrenales. 

El hada de los árboles duerme entre la hierba, la rodea su fantasía en blanco y dorado; sueña nuevas primaveras, trae nuevas esperanzas... 

- texto original de Celso Winter Soto -


Daisies - Byron Jorjorian - fuente

La margherita -  Noe Bordignon

Picking daisies - Hermann Seeger - fuente

pincking daisiesin a flield - Mary Cassatt - fuente

He loves me, he loves me not - Walter Crane

lámina victoriana antigua - fuente

Oops a Daisy - Percy Tarrant

The daisy field - Alfred Thompson Bricher


Sunflowers and daisies - Frank Janca - fuente

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